desde la crujía 8 escucho la campana de la basura.; a las 7 de la mañana camino hacia Reforma y me atemorizan los perros que observo alrededor de las montañas de desperdicios acumuladas en varias partes sobre las calles. Aquí como en la colonia Morelos cuando menos una vez al día pasa el camión pero las calles permanecen tapizadas de toda clase de basura y mierdas canina y humana.
Entro al metro en Garibaldi decidida a observar mejor a la anciana gorda que mendiga sentada y a la flaca que trabaja parada, pero se me hace tarde para llegar a una cita y lo único que alcanzo a ver es que hoy está ahí también un hombre vendiendo churros.
El viernes regresaré con tiempo y alguna estrategia de aproximación que me permita satisfacer mi morbo.
Llego a Interlingua con la certeza de que vengo a perder el tiempo, mi curriculum no deja lugar a duda sobre mi vida inestable dado el desequilibrio de mis emociones ... o al revés. Pero tengo la pésima buena costumbre de darme ánimos sin convicción (me conozco) y me animo a hacer la prueba con fórmulas tan fallidas para gente como yo, como, por ejemplo: "si no soy yo ¿quién? si no es hoy ¿cuándo?" (¡RAH_RAH_RAH!) ... Sé que no puedo - no quiero porque no me convence y pienso que es idiota repetir un eslogan que a mi escepticismo de anciana ya no le sirve para nada, pero, pues ni modo, soy idiota. Y la palabra escepticismo me recuerda lo que Alejandrón puso ayer en su muro y no resisto reproducirlo aquí pues me hizo reír de muy buena gana:
" A veces cierro los ojos y digo
Nomames noveo nada "
Con esto no se cierra el capítulo de la crujía ocho, pasa a otro lado
Parque Helado en Alaska